A unos metros de su carro estaba este zafacón. Estábamos en el campus del CURSA-UASD. El, un estudiante avanzado o quizás profesor por su edad y apariencia (deduzco), salió de la cafetería finalizando su yogurt, sin molestarse en caminar dos metros, tiró el envase en la acera.
Y el dolor me embargo. Pensé en que mi carro vive lleno de desperdicios de chiclets, tarjetas de llamadas, refrescos, papeles, invitaciones pasadas entre otras cosas, esto para no contribuir en la continuación ambiental que nos embate día a día y que va de la mano de los humanos.
Nos hace falta educación, nos hace falta sensibilidad hacia los demás, hacia el medio ambiente, tenemos que ser mejores ciudadanos. Por favor tomemos conciencia y sepamos que arrojar basura a la calle además de contaminar, resta la belleza natural de los espacios en los que nos desarrollamos.
Por Arleny Lantigua
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por depositar tus palabras en este blog, es muy importante para nuestro programa.